La clase magistral de Enrique Osorno parte de un punto de vista de la crónica, tomando el ejemplo de su trabajo cinematográfico basado en esta para explicar y ejemplificar su proceso. Osorno empieza por explicar el proceso de inicio, como parte de una idea para desarrollar la idea y llevarla a algo.
Hay un punto que tanto él como yo creo es importante como menos, la partida de la idea que viene de una forma de pensar en la que tu quieres cambiar el mundo, no necesariamente porque lo consigas de esa manera, pero porque provoca el enfoque inicial. Una inconformidad forma el interés por el tema y la curiosidad de entender lo que está sucediendo ahí. El utiliza el ejemplo de “La muñeca tetona” como ejemplo de esto y con mucha razón. La idea es solo una pregunta que te dispones a contestar y para ello hay que pasar por un set de eventos anteriores, otras historias que a su vez deben tener su momento. Pero todo esto depende de cómo hayas querido responder esta pregunta formas un concepto. Sabes que vas a explicar algo y si lo harás debes de entenderlo antes. Este es un proceso en sí, porque si bien se podría hablar de cualquier cosa hay muchas cosas que pensar para poder considerarlo interesante y “emotivo”. Esto me lleva a pensar que gran parte de esta idea es el sentimiento no propio si no que transmites. Ya desde esta etapa de la idea debes de pensar el sentimiento que tu quieres llevar a más y el mismo que llevará la idea por el camino correcto.
Osorno estructura el proceso de la idea haciendo preguntas sobre el tema de la historia, que tiene de universal, la palabra clave, cual es su objetivo, la tradición narrativa y cómo la vas a contar. Todos estos aspectos pasan uno sobre el otro, no solo están ahí porque si, son lo que le dan un sentido a que sea esa historia, a responder esa pregunta y no otra, y sobre todo son unas miradas previas al mundo fuera de este caso para considerar si vale la pena. Pero el pensar que me da a mi y al resto no es todo, al final estamos marcando el contexto de nuestra obra y esto implica cosas como tomar referencia. A lo que osorno le llama “tradición narrativa” es algo parecido al estado del arte del fenómeno en cuestión y creo que no termina de entenderse el porqué es útil tener estas referencias para desarrollar la idea. Si partimos de que esta idea tiene un contexto y no es solo palabras sin significado real es importante saber que tiene historia que no vas a presentar. Incluso la ficción requiere de una “Construcción del mundo” y para una historia, esta dicta todo, porque depende del impacto que tiene sobre otros el considerar si es importante o no.
Enrique habla de un proceso de investigación muy dirigido a la crónica como ya había mencionado, más sin embargo la misma búsqueda de información puede ser aplicada a la ficción y muchas de las técnicas que menciona pueden ser guías para no inventar las cosas porque sí, sino darles (una vez más) un sentido más allá de la palabra. Su proyecto de inmersión funciona como una investigación social pero plantean un marco dentro del cual esta historia se mantiene en una relevancia e impacto que generan juntos un ambiente. Casi una burbuja de eventos, personajes, historias y lugares que si en la realidad se relacionan con miles de cosas, en la historia se consideran eventos especiales y casi separados de los elementos que no nos interesan. Enfoque es la palabra perfecta para describir esto. No es cerrar la historia para omitir elementos al azar, la cierras en búsqueda de que lo que te interesa sea más visible.
Todo lo que nos presenta Osorno parte de un proceso en el que generas un subtexto entendible, enfocado y que parte de algo real. Importante para representar lo real y útil para representar lo ficcional.

Un ensayo sobre la clase magistral de Enrique Osorno del festibal Gabo No.8
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